Según la Dirección General de Tráfico, en el año 2019 se produjeron en las vías interurbanas 1.007 accidentes mortales, en los que fallecieron 1.098 personas y otras 4.395 requirieron ingreso hospitalario. Además los desplazamientos aumentaron un 2,5% (10,2 millones más), lo que supone más de 427 millones de desplazamientos de largo recorrido; el parque de vehículos ha aumentado un 2,2%, situándonos en los 34,5 millones de vehículos y el censo de conductores ha crecido un 1,3%, situándonos en 27,2 millones de conductores.
A estos datos hay que sumarle el número de vehículos y conductores procedentes de otros países que vienen de turismo, negocios… además de los ciclistas y peatones que hay transitando por nuestras calles.
Si analizamos el tipo de accidente, encontramos:
Uno de los medios de reducir estas cifras de accidentalidad es a través de la tecnología. Esta tecnología se han puesto al servicio del automóvil, a través de los Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción, los denominados ADAS mejorarán la seguridad vial y la movilidad segura y sostenible. Y según la Dirección General de Tráfico con estos sistemas se reduciría el riesgo de siniestro en un 57 %.
Es por ello que a partir de 2022, serán obligatorias en los turismos, furgonetas, camiones y autobuses, nuevos vendidos en Europa, los siguientes sistemas:
Advertencia de somnolencia y distracción del conductor
El sistema de detección de fatiga alerta al conductor en situaciones en las que pierda la concentración al volante, ya sea por fatiga o sueños, evitando así accidentes por estos motivos.
Este sistema evalúa a través de unos sensores y una centralita, el comportamiento que tiene el conductor al volante mientras va conduciendo, teniendo en cuenta entre otros parámetros los movimientos de la dirección o el uso del pedal del acelerador. Tras analizar esto si el sistema considera que la concentración del conductor está disminuyendo manda un alerta visual y/o acústica y/o sensorial. Tras un corto periodo de tiempo (alrededor de unos 15 minutos) la advertencia se repite.
Si el sistema avisa, notamos estos síntomas o llevamos 2 horas de conducción continuada o 200 kilómetros, es recomendable parar, por ello el sistema alerta a las 2 horas de conducción continuada, para que el conductor sea consciente y realice un descanso. Siendo necesario descansar al menos 20 minutos.
Un sistema más avanzado es el Driver Attention Monitoring o Monitoreo de atención del conductor.
Este sistema a través de dos cámaras infrarrojas que están enfocando al conductor son capaces de detectar el movimiento de:
- Los ojos.
- Los párpados.
- El cuello.
Se centra en la información que proporcionan estas partes del cuerpo porque son claves para detectar la fatiga, la somnolencia y las distracciones. A partir de esta información, se produce una alerta visual y sonara en la pantalla, incluso una vibración en el asiento. Si no se produce la reacción del conductor algunos sistemas más avanzados reducen la velocidad del vehículo.
Asistentes de velocidad inteligentes
A través de unas cámaras el sistema reconoce y lee las señales de tráfico que le llegan a través de GPS. Pudiéndose diferenciar dos modos de funcionamiento:
- Un modo pasivo. El sistema muestra en la pantalla o en el cuadro de mandos del vehículo las velocidades máximas según va circulando. Al sobrepasar la velocidad máxima permitida envía alertas visuales y sonoras al conductor.
- Un modo activo. Además de las anteriores alertas, ajusta la velocidad del vehículo al máximo legal permitido, al limitarse la cantidad de combustible que llega al motor. Incluso frenando automáticamente si es necesario.
Marcha atrás segura gracias a cámaras o sensores
Con estos sistemas podemos ayudarnos, reduciendo el riesgo y facilitándolos el estacionamiento.
La cámara que hay instalada en la parte trasera del automóvil nos permite ver a través de la pantalla todo lo que usted no puede ver desde su posición.
Además a través de las marcas que se van proyectando en la pantalla diferenciamos la posición que ocupa el vehículo, la trayectoria que lleva, la posición que ocupará y la zona de peligro cuando nos acercamos en exceso al obstáculo de detrás.
Los sensores de aparcamiento detectan a través de ultrasonidos la distancia que hay hacia atrás y hacia delante, ya que se encuentran normalmente en ambos paragolpes. Van emitiendo señales acústicas y ópticas, en algunos casos, que se van intensificando conforme se acerca a algún objeto por delante o por detrás.
Registrador de datos en caso de accidente (caja negra) o EDR (Event Data Recorder)
Tras un accidente este sistema recoge una serie de datos que facilitarán esclarecer qué es lo que ha sucedido para que se haya producido ese accidente, como:
- Fecha y hora de activación.
- Velocidad que llevaba el vehículo en los últimos cinco segundos antes del accidente.
- Las revoluciones del motor.
- El ángulo de giro del volante.
- La activación de airbags, pretensores y cinturones de seguridad.
- Aceleración transversal y longitudinal.
- Si alumbrado e intermitentes estaban encendidos.
- Si existía fallo técnico del vehículo cinco segundos antes del accidente.
A estos datos llega a través de una centralita que registra cada diez nanosegundos y los graba unos cinco segundos antes y después del accidente. Estos datos están codificados y protegidos, siendo necesario un aparato específico para descifrarlos.
Es similar a las cajas negras que utilizan los aviones, salvando las distancias o el tacógrafo digital que utilizan los camiones y autobuses.