La agresividad al volante es un fenómeno preocupante que afecta la seguridad vial en todo el mundo. Este comportamiento además de poner en riesgo la vida del conductor agresivo, perjudica gravemente al resto de usuarios, desde conductores a peatones. Comprender este comportamiento y saber cómo reaccionar es crucial para evitar accidentes y situaciones que pueden llegar a ser muy peligrosas.

Incidencia en la Seguridad Vial

La agresividad al volante se manifiesta de diversas formas, y se muestra mediante una serie de conductas que pueden ir desde el uso excesivo del claxon, hasta maniobras peligrosas como adelantar de manera imprudente o seguir de cerca a otros vehículos.

Los estudios científicos constatan que la agresividad en la conducción está relacionada con un aumento significativo en los accidentes de tráfico. Estos estudios muestran cómo los conductores agresivos tienen más probabilidades de estar involucrados en colisiones, especialmente en situaciones de tráfico denso o en carreteras urbanas.

Y es que conducir de forma agresiva multiplica por 10 el riesgo de sufrir un accidente con  víctimas y por 30 el de tener un siniestro con heridos graves, además la agresividad al volante, genera un ambiente de conducción más estresante y peligroso para todos. La investigación muestra que los conductores agresivos tienden a subestimar los riesgos asociados con sus acciones, lo que puede llevar a decisiones imprudentes y peligrosas.

¿Qué lleva a un conductor a ser agresivo?

Las razones detrás de la agresividad al volante son diversas y complejas. Situaciones personales o emocionales son algunas de las causas que pueden contribuir a este comportamiento. Otros factores como el estrés, la frustración y la ira son desencadenantes comunes de la agresividad en la conducción. Los conductores que experimentan altos niveles de estrés en su vida diaria son más propensos a exhibir comportamientos agresivos al volante.

Además, la personalidad del conductor juega un papel crucial. La investigación sugiere que individuos con tendencias narcisistas o maquiavélicas son más propensos a comportarse de manera agresiva en la carretera. Estos rasgos llevan generalmente a una falta de empatía y una mayor tendencia a asumir riesgos, lo que aumenta la probabilidad de comportamientos peligrosos.

Pautas de comportamiento ante conductores agresivos

La mejor prevención es evitar interactuar con ellos y mantenerse lo más alejado posible, en ningún caso ponerse a su altura tratando de competir con un conductor que muestre signos de agresividad.

Encontrarse con un conductor agresivo puede llegar a ser una experiencia aterradora y peligrosa. Aquí os indicamos algunas pautas de comportamiento que os pueden servir de ayuda para manejar esta situación de manera segura:

  • Mantén la calma en todo momento, nunca respondas a la agresividad con más agresividad, evitando hacer gestos o comentarios que puedan escalar la situación.
  • Evita el contacto visual, el contacto visual puede ser interpretado como un desafío, ten en cuenta que frente a ti tienes a una persona que puede estar “fuera de sí”. Es más rentable concentrarte en la carretera.
  • Deja espacio de seguridad, si es posible, deja que el conductor agresivo pase, mantén una distancia segura y no intentes competir con él.
  • Nunca te detengas, si el conductor agresivo te sigue, no te detengas ni salgas del vehículo. En un caso extremo, dirígete a un lugar seguro, como una comisaría de policía o un área concurrida.
  • Denuncia el incidente, si el comportamiento del conductor agresivo pone en peligro tu seguridad o la de otros, repórtalo a las autoridades con la mayor cantidad de detalles posible.

Pero… ¿Y tú, eres agresivo?

Es fácil señalar a otros conductores como agresivos, pero muchas veces no somos conscientes de que nosotros mismos podemos exhibir comportamientos peligrosos al volante. ¿Alguna vez te has preguntado si tú mismo podrías ser un conductor agresivo? A continuación, te presentamos algunas señales que podrían indicar esta situación, hacer el ejercicio de reconocer estos comportamientos, además de saludable, es el primer paso para cambiar y así, mejorar tu seguridad y la de los demás, en la carretera. ¿Te identificas con alguno de ellos?

  • Te irritas fácilmente en el tráfico y los atascos o los errores de otros te producen frustración.
  • Tienes prisa constantemente y aceleras imprudentemente o cambias de carril con demasiada frecuencia.
  • Reaccionas impulsivamente, frenando bruscamente o respondes de forma impulsiva y agresiva a otros conductores.
  • Tu eres un gran conductor y crees que los demás no están a tu altura. Te molestas fácilmente por las acciones de los demás y los juzgas continuamente.
  • No te gusta que te adelanten o no te cedan el paso, tomándotelo como algo personal o como un desafío y reaccionas «compitiendo».
  • Ignoras las normas de tráfico, pero crees que en tu caso concreto está justificado no respetarlas porque eres un gran conductor.
  • Disfrutas de «ganar» en la carretera y te sientes bien al adelantar, dejar atrás a otros o incluso entorpecer sus maniobras.

Si te reconoces en alguna de estas absurdas señales, es probable que seas un conductor agresivo. Por tu bien y por el de los demás, es importante ser consciente de ello para tomar medidas para cambiar, priorizando siempre la seguridad en la carretera. Tu salud lo agradecerá.

La importancia de la prevención

La agresividad al volante es un problema grave que afecta la seguridad vial global. Si bien no siempre se pueden prever las reacciones de otros conductores, tener claras las estrategias para manejar estas situaciones puede marcar la diferencia entre un incidente menor y una tragedia. Promover una conducción más tranquila y respetuosa es responsabilidad de todos los usuarios de la vía, y entender cómo reaccionar ante un conductor agresivo es un paso importante hacia la reducción de los riesgos en la carretera.

Y por supuesto, si en algún momento percibes que el conductor agresivo eres tú, trata de poner los medios adecuados para evitarlo por tu bien y por el de los demás.

» MISCELÁNEA DE CURIOSIDADES

  • Las altas temperaturas y el ruido pueden aumentar la agresividad al volante.
  • Realizar múltiples tareas mientras se conduce incrementa la irritabilidad y la agresividad.
  • El estrés diario puede hacer que los conductores sean más agresivos.
  • Algunos estudios sugieren que los coches rojos o negros están asociados con una conducción más agresiva, o incluso el tipo de coche.
  • La agresividad en otros conductores puede contagiarse, produciendo un “efecto dominó” y empeorar la situación vial.
  • La agresividad al volante varía según las normas y costumbres de cada zona.
  • Los atascos y el tráfico denso elevan los niveles de estrés y comportamientos agresivos.

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