La llegada del invierno trae consigo un cambio drástico en las condiciones de conducción, las temperaturas bajas, la presencia de nieve o hielo y la lluvia crean condiciones que pueden ser altamente peligrosas si no se toman las medidas adecuadas.

Conducir en invierno exige precaución, conocimiento y preparación, especialmente en climas donde la nieve y el hielo son frecuentes, pero también en las que no se dan estos fenómenos con periodicidad y cuya aparición sorprende a los conductores menos experimentados. La clave para mantener la seguridad radica en adaptar el vehículo a las condiciones, con especial atención a los neumáticos, y en que el conductor cuente con una formación y una concienciación adecuada para gestionar estas condiciones.

Los neumáticos de invierno, una buena opción en ciertas áreas.

Uno de los factores de la conducción que más se ve afectada en este periodo debido a los fenómenos climáticos es la falta de adherencia.

La adherencia es fundamental para una conducción segura, y en invierno, el agarre de los neumáticos en la carretera es crucial. Los neumáticos convencionales, diseñados para condiciones secas o ligeramente húmedas, pierden eficacia cuando la temperatura cae por debajo de 7°C. En estas condiciones, el caucho de los neumáticos se endurece, disminuyendo la tracción en superficies frías o resbaladizas. Aquí es donde los neumáticos de invierno entran en juego, ya que están específicamente diseñados para funcionar en temperaturas inferiores a los 7ºC.

Los neumáticos de invierno están fabricados con un compuesto de caucho más blando y flexible, lo que garantiza un mejor agarre en temperaturas frías.

Su diseño de banda de rodadura tiene más ranuras y laminillas, además los pequeños cortes en la superficie del neumático que ayudan a dispersar el agua y morder la nieve o el hielo, aumentando la tracción en condiciones adversas.

Estos neumáticos no solo son recomendables, sino que en algunos países de Europa son obligatorios durante el invierno. En España su uso es muy aconsejable en regiones donde el clima invernal es más extremo, como el norte y zonas montañosas.

Conducción en nieve, solo en caso de necesidad

Conducir en la nieve es un desafío para conductores experimentados y un auténtico trastorno para aquellos que no están acostumbrados. Las superficies nevadas o cubiertas de hielo reducen muy significativamente el control del vehículo, aumentando el riesgo de deslizamientos y accidentes.


Si necesariamente te debes desplazar en estas condiciones, ten en cuenta los siguientes consejos:


Reduce la velocidad, de esta forma se mejora el control del vehículo y se reduce la distancia de frenado. Además, es recomendable frenar con suavidad para evitar bloqueos.


• Conduce en marchas que reduzcan la fuerza de tracción, la cual debes controlar en todo momento para evitar cambios bruscos de velocidad que den lugar a la pérdida de control del vehículo.


• Aumenta la distancia de seguridad ya que en estas condiciones la distancia de frenado se multiplica y es esencial mantener una mayor distancia con el vehículo de delante para tener tiempo de reacción.


• Evita maniobras bruscas como giros o frenazos repentinos, es mejor anticiparse a las maniobras y realizarlas de forma suave y controlada.
Las cadenas ¿Sabes ponerlas y cómo funcionan?

Las cadenas para nieve son un elemento esencial para la conducción en zonas donde la nieve y el hielo cubren regularmente las carreteras.

En España, su uso es obligatorio en algunos tramos de carreteras cuando las autoridades lo indican. Todo conductor debe conocer y haber practicado previamente la instalación de las cadenas, colocarlas incorrectamente es ineficaz y peligroso. Elige las cadenas adecuadas, existen varios tipos de cadenas (de eslabones, de tela, semiautomáticas) y es importante elegir las que se adapten mejor a las necesidades y al tipo de neumático. Las cadenas de eslabones ofrecen un mejor agarre, pero pueden ser más difíciles de instalar.

Colocar cadenas puede ser complicado, especialmente si la primera ocasión en que lo haces es en condiciones de frío o nieve, practica su instalación antes de que sea necesario, en un entorno controlado y seguro, esto te ayudará a reducir el estrés y mejorar la rapidez cuando se dé la situación real.

Las cadenas deben instalarse en las ruedas que reciben la tracción del vehículo (delanteras en tracción delantera, traseras en tracción trasera). En vehículos de tracción total, sigue las recomendaciones del fabricante. Una vez instaladas no se deben superar los 50 km/h, ya que pueden perder eficacia y sufrir daños.

Por último, retíralas al salir de la nieve, ya que no están diseñadas para rodar en pavimento seco y pueden dañarse rápidamente.

Otros factores invernales

Lluvia, viento o hielo son otros de los compañeros de viaje en este periodo del año. El agua es uno de los mayores factores de riesgo en la carretera, y en invierno la lluvia puede ser más constante y dificultar la visibilidad y el control del coche.

Si el firme está mojado conduce a velocidad moderada y evita los charcos para minimizar el riesgo de aquaplaning, este fenómeno se produce cuando los neumáticos pierden contacto con la carretera al rodar sobre una capa de agua, lo que lleva a una pérdida de control.

Es esencial que los limpiaparabrisas funcionen adecuadamente para mantener una visibilidad óptima. Revisar el nivel del líquido limpiaparabrisas también es importante.

Utiliza las luces de cruce, se debe utilizar la iluminación adecuada en caso de lluvia para aumentar la visibilidad y hacer que el vehículo sea visible para otros conductores. Si es necesario por una lluvia intensa, utiliza el antiniebla.

La lluvia hace que las carreteras sean resbaladizas y aumenta la distancia de frenado, por lo que es esencial mantener una distancia segura con el coche de delante.

En caso de viento, ten especial precaución al realizar adelantamientos, ya que puedes sufrir variaciones bruscas en el viento lateral. Este fenómeno también lo notarás cuando salgas de un túnel, por ejemplo.

Y ten especial precaución al amanecer, en zonas sombrías, ya que son lugares en los que pueden aparecer placas de hielo.

Formación y concienciación

Conducir en condiciones de frío, nieve y lluvia no solo implica contar con un vehículo adecuado, sino también tener la formación necesaria para actuar en estas situaciones. Hoy en día, diferentes entidades ofrecen programas de formación y concienciación sobre la conducción en invierno, que son esenciales para reducir los riesgos de accidente.

La formación incluye desde prácticas de frenado en superficies resbaladizas hasta el uso correcto de las cadenas y los neumáticos de invierno. Pero lo más importante es que el conductor desarrolle una actitud preventiva, manteniendo un estado de alerta y evitando la conducción en esta situación si no se encuentra en perfectas condiciones, tanto el conductor, como el vehículo.

Consejos para una conducción segura en invierno

Información: Antes de realizar un desplazamiento en este periodo, infórmate previamente del estado de la carretera.

Planificación: Revisar las previsiones meteorológicas y planificar el trayecto con antelación permite conocer las condiciones de las carreteras y evitar sorpresas.

Equipamiento adecuado: En invierno, es recomendable llevar un kit de emergencia que incluya una manta, una linterna, agua, y algo de comida. Estos elementos pueden ser útiles en caso de quedarse atascado.

Seguridad del vehículo: Verificar el nivel de anticongelante, el estado de la batería, los frenos y los neumáticos antes de iniciar un viaje largo es esencial para evitar imprevistos.

Adaptación de la conducción al clima: El invierno requiere una conducción más lenta, sin prisa y con mucha precaución.